miércoles, 17 de julio de 2013

El cáncer y la alimentación


El cáncer se alimenta de toxinas, de hongos de medios ácidos como las bebidas que aportan acides (estas serían las bebidas como refrescos y zumos envasados que contienen mucha azúcar).
La falta de oxígeno le da vida al cáncer y el estrés, el estrés alimenta al cáncer y a muchas otras enfermedades.
Azúcar refinada:
El azúcar refinada es un alimento  del cáncer. No consumiendo azúcar se corta uno de los más importantes elementos de las células cancerígenas. El azúcar causa mucha acides en nuestro organismo y además, pasa por tantos procesos que ya no tiene vitaminas y minerales
Así que no nos aporta más que energía y grasa.
Existen sustitutos del azúcar como sacarina pero esos están hechos con aspartamo y es muy nocivo. Un mejor sustituto del azúcar es miel de abeja o melaza de arroz, pero en pequeñas cantidades.

La leche
 causa al cuerpo la producción de mucus, especialmente en el conducto intestinal. Las células cancerígenas se alimentan de mucus, eliminando la leche y sustituyendo por leche de soya,

 La sal
Tiene un químico que se le agrega para que se vea blanca. Una mejor alternativa para la sal es la sal de mar o sales vegetales.(sal yodada).
Además, el exeso de sal no es bueno para el corazón.

Las células de cáncer maduran en un medio ambiente ácido. Una dieta basada en carne roja es ácida, es mejor comer pescado, y un poco de pollo, en lugar de carne vacuna o cerdo. La carne además tiene antibióticos, hormonas y parásitos, que son muy nocivos, especialmente para las personas con cáncer. La proteína de la carne es muy difícil de digerir y requiere muchas enzimas. La carne que no se digiere queda en los intestinos y se purifica y lleva a la creación de más toxinas.


Una dieta de 80 % de vegetales frescos y jugos, granos, semillas, nueces, almendras y solo un poco de frutas ponen al cuerpo en un ambiente alcalino.  Jugo de vegetales frescos proporcionan al cuerpo coenzimas que son fáciles de absorber y llegan a las células después de 15 minutos de haber sido
consumidos para nutrir y ayudar a formar células sanas.
Para evitar la falta de oxígeno practiquemos un poco de ejercicio, sobre todo del tipo cardiovascular.

Si realicemos todo esto podríamos matar de hambre a las células malas, ya que no tendrían como alimentarse.

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